Ya saben algunos que no soy fan de las redes sociales (como el famoso Tuenti o el aparentemente obsoleto Fotolog) porque hay cosas que prefiero no saber (algunas ya las sé, pero prefiero no verlas).
De vez en cuando, alguien me pasa alguna dirección de algún Fotolog... y suelo decir "prefiero no entrar"... pero me insisten y, a menudo, acabo diciendo "lo miro pero ya está, no me pases más". Tampoco me resulta fácil decir que no... Ni falta hace decir que las invitaciones de Tuenti que me llegan al correo (cada vez son menos, todo sea dicho) las ignoro, directamente.
El colmo de los colmos fue lo del otro día: Entro a una página (oficial, nada que ver con estas historias) y me encuentro con lo más desagradable que podía esperar. Era, para mí, la peor noticia de todas.
De ahí que me haya vuelto "rebelde" xD y haya abierto este blog (terapia de choque, ¿no?)... Está claro que no puedo contra la dolorosa información que se puede encontrar por Internet, así que me uno (ahora bien: con las redes sociales no, ¡por ahí no paso!).
Esto de los blogs me parece interesante, no sé, es curioso. He leído bastantes (jurjur algunos se sorprenderán) y me han gustado algunos pocos (para estas cosas sí soy exigente, qué le vamos a hacer).
He aprendido algunas cosillas sobre los blogs, como que:
1. Se escribe más cuando estás triste (igual que cuando escribes canciones o haces poesía, nada del otro mundo).
2. Los bloggers (los que escriben blogs ¬¬) escriben cosas que pueden leer millones de personas (bueno, dejémoslo en miles) pero que, en cambio, no se atreven a decir a aquellos que les rodean.
En general, prefiero los que ya tienen historia, los que se mantienen desde hace meses o años... porque parece que los autores no te van a dejar tirada de un día para otro xD Seguir blogs recién creados suele acabar en decepciones (o son cutres o se abandonan en breve)... Suerte que ni siquiera da tiempo a encariñarse con ellos.
Creo que nunca me he parado a pensar si soy constante o no (si lo he hecho, no lo recuerdo). Supongo que, como todo el mundo, en algunas cosas sí y en otras no: lo que nos motiva lo perseguimos; de lo que no nos gusta, huimos. Pero también hay cosas que arrastramos, aunque queramos huir (no es tan frágil mi costumbre de amarte); y cosas que en su día perdimos... o que nos resignamos a perder (es tan frágil el abrazo del mundo y su paz). Suelen decirme que soy responsable pero, como no sé si me conocen, tampoco sé si fiarme...
Canción: Terapia de grupo
De: Falsalarma
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