domingo, 11 de septiembre de 2011

123. SIN EDUCACIÓN NO HAY FUTURO

Hace unos días, la señora Esperanza Aguirre dijo que los profesores/maestros sólo trabajamos (hablo en primera persona aunque esté en paro) 20 horas a la semana. Nada más lejos de la realidad, creo que a estas alturas ya todos lo sabemos; pero, desde dentro, aclaro: son 20 horas las lectivas. Y, cuando decimos lectivas, nos referimos a las horas que el profesor o el maestro da una clase.

Pero el trabajo de los docentes no es únicamente dar clase; como dijo Rubalcaba, "eso sería como decir que Casillas sólo trabaja 90 minutos a la semana". Ser docente implica muchas otras cosas:

- Corregir, no sólo pruebas de evaluación (controles o exámenes), sino también trabajos, redacciones, deberes, etc.
- Asistir a reuniones: con el resto del profesorado, con los maestros del ciclo para coordinarse, con el equipo directivo, con los psicopedagogos y orientadores del centro, etc.
- Reunirse con los padres un mínimo de tres veces cada curso, además de las tutorías personalizadas con los padres que se realizan oficialmente una vez a la semana, pero que se suceden de manera informal prácticamente a diario.
- Analizar la particularidad de cada alumno, para enseñarle de la manera más individualizada posible y mejorar así su proceso de aprendizaje.
- Procurar por su bienestar durante las horas de recreo (lo que viene siendo cuidarles y vigilarles para que no haya ningún altercado) y actividades extraescolares, además de organizarlas.
- Preparar las clases porque, aunque se esté repitiendo la misma materia año tras año, cada grupo de alumnos es diferente (ya que cada alumno, cada niño, cada persona es distinta) y hay que adaptarse a ellos; por eso el profesorado ha de reciclarse y continuar siempre evolucionando.
- Dar otras clases de apoyo, de refuerzo, de atención a la diversidad, etc.
- Hacer sustituciones, guardias y vigilancia.
- Preparar festivales y demás fiestas o reconocimientos para celebrar festividades o días señalados.
- Actualizar la documentación del centro cada curso escolar y redactar los documentos de los nuevos planes o proyectos que se crean desde la administración, así como mejorar los ya existentes teniendo en cuenta la realidad del contexto.

¿Sabéis la de horas, horas y horas que me pasé corrigiendo fichas, libros, deberes y pruebas de evaluación cuando hice las prácticas? ¡Seguro que no lo imagináis si no sois docentes!, ni yo misma lo podía imaginar antes de haber pasado por ahí.

¿Sabéis el cansancio que causa estar tantas horas con tantos niños?, prácticamente todos revoloteando, distrayéndose, hablando cuando no deben, peleando... ¿Sabéis lo que cansa tener que mandar callar tantas veces al día o ponerse entre varios alumnos para que no se peguen?

El esfuerzo psicológico que se hace en la escuela es brutal. Pero el trabajo del maestro no se queda en el colegio, sino que también continúa en casa... y seguro que es mucho más de lo que la mayoría puede pensar.

Pues bien, pensé que tras la rectificación de Esperanza Aguirre sobre el tema de las horas de trabajo docente, se acabaría la polémica... pero no ha sido así en absoluto. ¿Cómo se explica que haya miles de alumnos más en las aulas y que haya miles de profesores menos?

Así no se puede trabajar, no se puede si se trata de hacerlo bien. Necesitamos más maestros para que cada alumno tenga mayor atención. Un maestro tiene que encargarse de, oficial y generalmente, 25 alumnos (en la realidad, son más muchas veces)... y sólo tiene dos ojos y dos manos. Ponerle más alumnos y restarle compañeros es como arrancarle un ojo y una mano de cuajo. Es como cortarle la mano a un camarero, como quitarle los altavoces a un cantante, como quitarle los medicamentos a los médicos y a los pacientes.

¡No es justo! Necesitamos revolución.

COMENTARIOS
1. Galmar. Aisss, si es que somos los eternos sufridores. Ya está superado :) ¡Gracias y mucha suerte!
2. P. Ya estoy levantada y dispuesta a seguir de pie. ¡Gracias! :)

Canción: Algo de tiempo
De: Rafa Pons